Aligerada para triunfar
Suzuki bien podría haberla llamado B-King 250, pues coincide con ella en la agresividad de sus líneas y en la sensación de velocidad que transmiten, aunque, naturalmente, a una escala mucho más pequeña. La nueva Inazuma lleva integrados los intermitentes delanteros en los laterales del depósito La línea lateral asciende desde el frontal hacia la parte trasera y entremedio destaca la alta presencia de piezas de aluminio, como las estriberas, la palanca del cambio y la del freno trasero y las asideras para el acompañante. Otros componentes, como los paneles laterales, simulan estar hechos en este mismo material, mientras que los escapes o los conductos de refrigeración son de un cromado brillante.
De nuevo como la majestuosa naked de 1.340 cm3, la nueva Inazuma lleva integrados los intermitentes delanteros en los laterales del depósito. Además, al estilo de muchísimas deportivas, el manillar es de dos piezas. En la parte trasera tiene un colín afilado y un asiento para el acompañante muy poco elevado para que pueda subirse y bajarse de la moto fácil y rápidamente.
Otro aspecto que llama la atención cuando la moto se ve desde atrás es la forma cónica de los terminales de los escapes (uno a cada lado), lo que le brinda un efecto visual muy original. La nueva naked de Hamamatsu apuesta por un motor de dos cilindros en línea SOHC que cubica 248 cm3. Como su prioridad es la manejabilidad a bajo y medio régimen, la carrera es larga (53,5 mm de diámetro x 55,2 de carrera) para que la línea de par esté más llena sobre las cuatro mil revoluciones.
Más bien se ha priorizado una capacidad de empuje óptima en los regímenes donde más a menudo se moverá el conductor El cambio es de seis velocidades para reducir los consumos y se ha optado por un moderno sistema de inyección electrónica FI que controla todos los parámetros. Se ha hecho especial hincapié en rebajar las emisiones y estabilizar el ralentí, consiguiendo además una respuesta más lineal y un comportamiento más regular.
Por otro lado, un motor de carrera larga con el cigüeñal calado a 180 grados no es, a priori, la mejor opción para garantizar la máxima suavidad en las aceleraciones. Más bien se ha priorizado una capacidad de empuje óptima en los regímenes donde más a menudo se moverá el conductor. Con todo, Suzuki recurre a un cigüeñal integrado con eje de balance para minimizar estas pequeñas vibraciones y volverlas agradables.
Lo fácil está de moda
Cuanto más fácil y manejable sea la conducción de una moto, mejor. Al menos eso es lo que pide el mercado en la actualidad. Para que así sea, la nueva Inazuma monta un robusto chasis de doble cuna diseñado para cumplir perfectamente con estos cometidos. Sus tres modos de revoluciones te avisan con una luz en el mejor momento para cambiar de marcha Le acompañan un doble basculante con un solo amortiguador y unas horquillas telescópicas. Ambos discos de freno van mordidos por pinzas Nissin y vienen montados sobre llantas de 17 pulgadas (110/80-17 delante y 140/70-17 detrás).
De todos modos, a las ya mencionadas piezas de aluminio que mejoran la calidad visual y rebajan el peso, también es una grata sorpresa el compacto pero increíblemente completo cuadro de instrumentos. No le falta ninguna información: avisadores de toda clase hechos con diodos LED, indicador de marcha engranada, dos cuentakilómetros parciales, reloj horario, un gran tacómetro de aguja en el centro y números bien grandes para el velocímetro. La guinda final son los tres modos de revoluciones, dos de los cuales, el ecológico y el normal, te avisan con una luz en el mejor momento para cambiar de marcha y así practicar una conducción lo más eficiente posible.
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